sábado, 17 de abril de 2010

GLORIA A LOS PAPELES

“Pues si tuviera un hijo y quisiera ser marinero, yo no le diría que lo fuere, aunque sea una profesión digna y nítidamente gallega”. He aquí una respuesta tipo a la rosa, repleta de jugo con pensamiento peyorativo y rebosante de huevo. ¿Y si el hijo quisiera ser percebero y exponer su vida en los acantilados de la muerte? ¿Y si fuera hijo de un obrero desempleado y no quisiera trabajar en el hórreo de Santiago? ¿Y si el hijo estuviera enfermo y quisiera entrar en la cola de la atención sanitaria? ¿Y si el hijo fuera un retornado y no pudiera vivir en Galicia con la pensión de América? Hombre, yo le diría que es un hijo como un hijo cualquiera pero, siendo hijo mío, yo le llamaría loco por haber escogido una profesión tan digna y típicamente gallega.
Dicen que es un gobierno austero y unido, muy concentrado en el desempleo que ronda el aeropuerto de Albedro. Por allí aterrizarán fuerzas leales para dar combate a una sociedad mendigante - no más a ingleses y franceses- compuesta por profesionales de la chatarra y furtivos obreros, esclavos de la necesidad mas antigua que fustiga la vida en cualquier rincón de la Tierra. Será un esfuerzo masivo con alta piromanía mediática, destinada a erradicar el hambre por inanición del músculo acostumbrado al trabajo. Habrá ofrenda floral en homenaje a los muertos del 36. En medio de fútiles discursos interpondrán arrotos de absoluto desprecio por los que sufren, en el 2010, sed, porque el agua les llega contaminada, y hambre porque el poder acecha desde el monumento a los fusilados  el intento de retirar de la naturaleza el sustento de familias pobres.
No fallece la ría porque 30 familias buscan en el fango lo que Dios ha querido que creciese para que el hombre comiese en momentos que aprieta el hambre. El hombre pobre, consciente de la sabiduría de la Naturaleza, su principal Dios, sabe cuidarla y lo hace en virtud de su propio interés. El hombre rico, postrado a la distancia con grandes binóculos, anfibios de la arrogancia, disimula el efecto contaminante de sus inversiones en la ría y les manda espinos encasquillados en el tambor de rosales trabucos, gardacostas armados para arrancar el aliento a hombres y mujeres gentiles, que otra cosa no tienen sino fe en la vida y hambre en el alma.
¡Como es poderoso el hambre cuando acosa el hombre! Un operativo especial, comandado por hilos entrelazados con lino de fuerte parafernalia y tecnología militar tuvo que huir de la rabia verbal de niños y mujeres, todos muy dispuestos a pagar con sus vidas el tributo exigido por lombrices intestinales.
El furtivismo es un poderoso aliado de la industria de la multa. En la contabilidad autonómica, las multas cuentan como ingresos potenciales que servirán de créditos para préstamos del gobierno. Que no se puedan pagar es un mero detalle. Si yo tuviera un hijo furtivo le daría papeles para que no lo fuere. Y si aun así tuviera hambre, de hinojos yo gritaría ¡Dios, perdonad a quien tanto tributo come y tato  impuesto bebe para vida y gloria de los papeles!